Fase 1 del EML: Análisis de la participación
Se trata de identificar y de hacer un diagnóstico de los diferentes agentes sociales que de una u otra forma están presentes en la realidad sobre la que se va a intervenir.
Los intereses de los distintos grupos y organizaciones sociales, de las autoridades y de otros actores no son coincidentes, por lo que es sumamente importante identificar sus expectativas tanto en la fase de planificación, como en la de ejecución y en la de cierre del proyecto.
Fase 2 del EML: Análisis de los problemas
Con este análisis se trata de identificar los problemas reales que afectan al colectivo beneficiario con el que se quiere trabajar y no los problemas posibles, potenciales o futuros. Conviene señalar que un problema no es la ausencia de una solución, sino un estado negativo existente. Por ejemplo, la falta de un centro de salud no es un problema, el problema es la fuerte incidencia de enfermedades en una determinada población.
Fase 3 del EML: Análisis de los objetivos
Una vez identificados los principales problemas del grupo beneficiario se deben plantear posibles soluciones. Para ello, partiendo del árbol de problemas, se han de identificar aquellos logros a alcanzar para resolver el problema principal. La solución del mismo tendrá efectos positivos en las personas e instituciones afectadas.
Haciendo uso de la misma herramienta que estamos utilizando, se construiría el árbol de objetivos.
Fase 4 del EML: Análisis de las alternativas
Una vez identificadas las posibles soluciones al problema y fijado el objetivo que se pretende conseguir, se ha de proceder a hacer un análisis de alternativas. Este análisis consiste en plantearse cuál o cuáles de las soluciones pueden ser acometidas por el proyecto que se pretende poner en marcha.
Se trata por tanto, siendo muy consciente de la capacidad de la organización que va a desarrollar el proyecto, de los medios de que dispone, de los recursos que razonablemente puede manejar y del entorno que rodea al proyecto, de eliminar los objetivos que no se pueden lograr.
Fase 5 del EML: Identificación de los principales elementos del proyecto a través de la Matriz de Planificación
En la Matriz de Planificación se sintetizan los elementos básicos de un proyecto. Para su diseño se utiliza la información obtenida en la identificación, buscándose la coherencia a varios niveles:
- Coherencia
externa: de la matriz respecto a problemática identificada.
- Coherencia
interna: de los diferentes componentes que integran la matriz, de
forma tal que exista una relación causal y lógica entre cada uno
de ellos.
En la Matriz de Planificación se resume el proyecto reflejando sus elementos fundamentales. Su utilidad es doble:
- La
Fase de Presentación y Valoración permite entender el
planteamiento del proyecto. Es fruto de la identificación realizada
y debe ser coherente con la problemática que se pretende abordar.
- La
Fase de Ejecución es una guía que permite conseguir lo que se va
alcanzando con lo previsto inicialmente. Las metas se reflejan
mediante indicadores objetivamente verificables y cuantificados.
- Objetivo
general: objetivo último y principal al que el proyecto pretende
contribuir a largo plazo.
- Objetivo
específico: efecto que el proyecto pretende conseguir en un plazo
de tiempo razonable. Refleja el logro de una nueva situación en la
que el problema central del grupo beneficiario ha sido solucionado.
Debe ser único y formularse en términos realmente alcanzables.
- Resultados:
productos que el proyecto puede garantizar como consecuencia de sus
actividades. Es lo que se quiere alcanzar con el proyecto una vez
realizadas las actividades programadas.
- Actividades:
son las acciones que se han de realizar de forma simultánea o
secuencial, utilizando los medios necesarios, con el fin de
conseguir los resultados en el tiempo previsto.
- Medios:
recursos humanos, técnicos y materiales necesario para llevar a
cabo las actividades previstas.
- Indicadores:
son la expresión cuantitativa y cualitativa de lo que se ha de
conseguir dependiendo del nivel en el que se formulen. Es, por
tanto, la medida del logro del objetivo o del resultado siendo vital
para dilucidar el éxito o el fracaso del proyecto. Han de ser
concretos y medibles, siendo importante que se busquen varios
indicadores para medir el logro de un mismo resultado u objetivo.
Dicha combinación aumentará la fiabilidad del cambio conseguido.
Los indicadores son básicos para el seguimiento y posterior
evaluación del proyecto.
- Fuentes
de verificación: indican el medio a través del cual se obtendrá
la información necesaria para verificar los indicadores. Todo
indicador debe llevar asociada al menos una fuente de verificación.
La información debe ser fácil de conseguir y con un coste (en
tiempo y dinero) adecuado.
- Supuestos
(hipótesis o riesgos): son aquellos acontecimientos, condiciones y
decisiones que están más allá del control de la gestión del
proyecto y de su esfera de responsabilidad.
Por factores externos se entienden los condicionales que pueden existir y que pueden influir de forma más o menos intensa en el mismo escapándose al control directo de la intervención. Se trata de factores sobre los que no se puede influir porque actuar sobre ellos supondría un coste excesivo, son consecuencia de un problema político o dependen de fenómenos naturales.
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